La vida se piensa con la cabeza
En todo lo que llevo de vida aprendí
que los caminos se cruzan, se tuercen.
Siempre que pude me paré y vi
que eso solo sirve para hacerse más fuerte.
Sé que duele elegir, sé que molesta el cambio,
sé que no soy el más indicado para hablar.
Pero algo me hace sentir que debo intentarlo,
para ser feliz primero hay que pasarlo mal.
Hay que llegar al final, sin desafinar,
hay que saber soñar sin dejar de actuar,
hay que saber caer, saber crecer,
saber morder y ceder solo cuando hay que ceder.
La vida es dura pero créeme, cuando acabe no va a ser mejor,
aprovecha el tiempo aquí que a muchos ya se les acabó.
¿Quién sabe si existe un Dios? ¿Quién está seguro?
Que solo existe el presente, ni el pasado ni el futuro.
Nada está oscuro si sabes disfrutar la vida,
si estás dispuesto a gastar toda tu saliva
y sin salida, agotando la última gota de sangre
por bailar mi vida como quiero, no como quieren que baile.
Sacando dientes, sí, la Paz Armada,
no vivir en el mundo de chuches y lagos de mermelada.
No, que la vida es dura, aprender de los errores
y no pasarse el día jugando entre las flores.
Que además del rosa existen otros colores
y que el amor casi nunca se puede representar con corazones.
Las emociones nos controlan y la mente queda a un lado
y es por eso por lo que se hacen locuras por amor,
a mí hoy por hoy eso se me ha acabado,
entendí que no hay ni una neurona en el corazón.
Carlos Atienza Cuenca
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