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lunes, 24 de noviembre de 2014

ÁNGELES Y SOLDADOS

ÁNGELES Y SOLDADOS

 

El primer día de guerra, mis compañeros armados,

algunas caras de pena, otras caras de soldado.

El destino es confuso, ni muy lejos ni cercano,

pero somos militares y estaremos preparados.

 

Una vez que aterrizamos, cada uno llevando un rifle

vemos un paisaje nuevo hasta la fecha invisible.

Una jungla envuelta en fuego, el infierno ¿es posible?

Algunos hemos tratado de parecer insensibles.

 

Nos dirigen a un poblado que tras barricadas queda,

lo nombran "el enemigo", se escucha "mata a quien puedas".

A mis ojos son demonios, quiero ganar esta guerra

y entonces sucede aquello que me hizo persona nueva.

 

Disparo antes que nadie e hiero a uno en el brazo,

aun así se levanta, corre fuera del poblado.

Ciego de rabia le sigo, mientras corro le disparo,

noto un fuerte tirón, ahora cuelgo boca abajo.

 

El herido cambia el rumbo y se dirige hacia mí,

me digo "este es el fin, soldado, vas a morir"

y para mi sorpresa vi que eso no fue así,

que el demonio era un ángel y su perdón recibí.

 

Escribo esto porque pienso que no pueden ser humanas

todas las guerras en la historia entre hermanos y hermanas.

El enemigo luchaba por proteger su morada,

yo luchaba por mi Estado, yo luchaba por nada.

Carlos Atienza Cuenca

domingo, 23 de noviembre de 2014

TODOS SOMOS REYES -Carlos Atienza Cuenca-

TODOS SOMOS REYES

Buenas tardes tenga, amigo, ¿le va todo bien?

Me alegra oír eso, yo bien, gracias a usted.

¿Qué iba a comentarle? ¡Ya sé! ¿Tiene un momento?

Pues yo debo contarle algo, tome usted asiento.

 

Se habla de todo en la Corte y hoy es primicia

que hay un ciudadano que va coronando reyes.

Tal como lo oye, ya es sabido en la provincia

que hay cien mil monarcas y discuten nuestras leyes

 

El Consejo recomienda establecer un orden,

que al hombre que corona se le aprese y lo ahorquen.

Es crucial que se tomen las medidas de inmediato

o pronto no sabremos ni de quién es el mandato.

 

No sabemos si este hombre noble es o campesino,

si trabaja para burgueses, para el obispado.

No sabemos dónde va, tampoco de dónde vino,

si como vos es rico o un pobre asalariado.

 

¿Cómo que cuál es su delito, no es algo obvio?

Repartir la libertad y el poder, es un incordio.

¿Para qué sirven los reyes en un mundo que es libre?

¿Quiénes serán siervos en un mundo impredecible?

Carlos Atienza Cuenca