MERCADO DE
PRINCIPIOS
Pierdo la consciencia del tiempo y de lo que siento,
así me convierto en esclavo de otros pensamientos.
Pierdo originalidad y soy más eficiente
a cambio de ser igual al resto de la gente.
Asiento, no tengo opinión, hago mi trabajo.
Solo importa el dinero, en tarjeta o en fajos.
Plagio si hace falta y copio ideas ajenas
con tal de que mi poesía sea “buena”.
Escribo sobre cosas que son tendencia,
yo no creo, he hecho los votos de obediencia.
La editorial me pide, yo redacto sin faltas,
yo me mantengo al margen aunque tenga buenas cartas.
Ya basta, ya he oído suficiente por hoy,
haciendo esto nadie sabrá jamás quién soy.
No he jugado para no perder o ganar poco,
yo juego para arruinarme, o hacerme de oro.
Esto no va así, la verdad, la única meta,
si quieres un gran salario no te hagas poeta.
Mide primero tus razones y haz luego tus elecciones,
no mezcles el dinero con tus otras pasiones.
Yo trazo mi camino sin perder un segundo,
yo soy aquel iluso que cree poder cambiar el mundo.
Y más que creo, sé que puedo, nadie apostó por mi causa.
Y si hace falta no descansaré, no haré ni una pausa.
No debo dejar que el tiempo me haga olvidar
que si estoy aquí un papel he de desempeñar.
Que yo no nací para ver el tiempo pasar
y callar hasta la muerte todo lo que vi mal.
