Creador de sentimientos
La música mueve dinero, fans, canciones,
mueve ropa, estilo y sobretodo emociones.
En todos los rincones que hay música alta,
es muy normal que un sentimiento nazca.
Puedes ser una estrella del pop presumido
o un artista de reggae que en la droga ha caído.
Da igual no importa la conducta del cantante,
su voz, la letra y la música, eso es lo importante.
En un instante brota un sentimiento por una canción,
conectada al altavoz, que atraviesa el corazón.
Un don, invención de dioses, el mayor placer.
Podría escuchar rap desde la tarde hasta el amanecer,
hasta perecer, con mis cascos, con mi música,
escuchando los latidos de una guitarra acústica.
Única y más fuerte que cualquier arma,
sanando las heridas de cualquier alma,
dando calma al ritmo de unas simples palmas
o con los acordes complejos de una guitarra.
Agarra un micro y canta, tu garganta pide más,
grita aquello que sientes con una rima al final.
Sé original, la música es vital, sé letal,
golpear, sé fugaz, en este mundo tan musical.
Yo nunca dije que fuera cantante extraordinario,
nunca me consideré bueno, todo lo contrario.
Lo que si que me impresiona es que una simple letra,
abra el alma, brote un sentimiento y la deje abierta.
Si digo que soy un cantante de éxito miento,
yo no soy un gran rapero, soy creador de sentimientos.
Carlos Atienza Cuenca
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