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miércoles, 11 de marzo de 2015

LA GUERRA DE LOS HOMBRES SIN FE -Carlos Atienza Cuenca-

LA GUERRA DE LOS HOMBRES SIN FE

Tras la guerra de los hombres sin fe
poco ambiente de esperanza quedó,
muchos llantos, lágrimas de dolor,
tras la guerra que nos vio perecer.

Todo fue por demostrar que no hay dios,
que la fe no era más que un error
y el error fue permitirles hacer
una guerra a los hombres sin fe.

Ahora es dios quien dejó de creer,
pues mostramos la maldad, la inflexión,
queriendo ser portadores del bien.

Ahora es cuando todo terminó,
cuando poco queda ya por perder,
pues quisimos deshacernos de un don.

Carlos Atienza Cuenca

viernes, 30 de enero de 2015

SONETOS DE HISTORIAS INVENTADAS -Carlos Atienza Cuenca-

SONETOS DE HISTORIAS INVENTADAS

Sentados junto al fuego contamos cuentos de miedo,
sobre malvados villanos que jamás conoceremos.
Sobre nosotros el cielo, un manto oscuro estrellado,
bajo nosotros el suelo, con mil cuentos enterrados.


“Erase una vez un hombre avaricioso y cegado
por un hambre de dinero que jamás será saciado.
Ese hombre tuvo un hijo, quiso darle su legado,
pero el hijo vio la sangre en el dinero heredado.

No puedo aceptarlo, padre; dijo el niño avergonzado.
No merezco este dinero, pues yo no me lo he ganado.
Al oír esto su padre quiso dejarle bien claro
que el dinero lo era todo en este mundo de esclavos.

No le faltaba razón a ese poseído padre
que solo pensó en el oro y dejó a su hijo de lado
para coger sus riquezas y en un cuarto encerrarse.

Pero él no vivió una vida, era un hombre esclavizado
en un mundo donde el pobre es el que muere de hambre
y el rico nunca vive porque el vivir no es caro”.


“Existía en un pueblo de un lugar bien alejado
una casa donde el hombre hablaba por Dios en alto.
Los humildes ciudadanos escuchaban embaucados
a ese hombre que sin creer en Dios decía leer su mandato.

Sintiéndose superior les hablaba como a hermanos,
juzgaba sin conocer a todo aquel que había pecado.
Ironía, pues sabed que él pecaba todo el rato
y nunca pidió perdón ni a Dios ni a los ciudadanos.

Para conseguir poder hizo de Dios un ser temido
del cual dijo mil mentiras, era un hombre interesado,
pues habló de salvación mientras pasaba el cepillo.

Murió sabiendo que no habría cielo al otro lado,
en su entierro un ataúd, oro puro en sus anillos
y lágrimas de personas que se creyeron su engaño”.


“Cuenta la leyenda que hubo una guerra sin soldados
donde el enemigo cabía en un pequeño frasco.
Mató a miles de personas a pesar de su tamaño,
tomó forma de epidemia en países atrasados.

Los enfermos pidieron la cura y no les ayudaron
aquellos países libres, aquellos buenos cristianos.
Aún llamándose a sí mismos Estados Desarrollados
demostraron ser tan crueles como imperios del pasado.

Que no os extrañe esto, la razón era sencilla,
en el mundo el egoísmo es el himno más cantado
y nadie cede su ayuda sin una contrapartida.

Tras la interminable guerra el virus se había cobrado
las vidas de muchos hombres, de niños y de familias
mientras que los poderosos lavaban sus sucias manos”.


Y mirando a las estrellas nos empieza a entrar el sueño,
es hora de que dejemos los cuentos y descansemos.
Todos juntos comentamos las historias que han contado
¿cuánto tendrán de real, cuánto será imaginario?

Carlos Atienza Cuenca

miércoles, 28 de enero de 2015

EL CAMINO -Carlos Atienza Cuenca-


EL CAMINO

Cuando vuelva a mi hogar prométeme que contarás
que hubo un hombre normal que se hizo aventurero.
Cuando vuelva a mi hogar, cuando os eche de menos
quiero abrir esos libros, la historia recordar.

Volver a escuchar a la malvada bruja
que quiso robarnos un trozo de pan.
Partir aquel bollo, darle la mitad,
pues no era malvada, solo quería ayuda.

Para aquel niño que era de madera
poder enseñarle a decir la verdad.
Tenderle mi mano en señal de amistad,
pues su corazón era igual a cualquiera.

Al villano lobo al que todos temen
le tengo guardado un don especial.
Es el de aguantar cuando todo va mal
y de recordar que hay alguien que te quiere.

Aquella princesa que en su torre espera,
al apuesto príncipe quiere besar.
Abrirle los ojos a la realidad,
no por ser príncipe es buena pareja.

Cuando vuelva a mi hogar prométeme que contarás
todas las cosas que aprendí en el camino.
Que cuando me fui yo estaba perdido
y fue en el camino donde me volví a encontrar.

Carlos Atienza Cuenca

lunes, 24 de noviembre de 2014

ÁNGELES Y SOLDADOS

ÁNGELES Y SOLDADOS

 

El primer día de guerra, mis compañeros armados,

algunas caras de pena, otras caras de soldado.

El destino es confuso, ni muy lejos ni cercano,

pero somos militares y estaremos preparados.

 

Una vez que aterrizamos, cada uno llevando un rifle

vemos un paisaje nuevo hasta la fecha invisible.

Una jungla envuelta en fuego, el infierno ¿es posible?

Algunos hemos tratado de parecer insensibles.

 

Nos dirigen a un poblado que tras barricadas queda,

lo nombran "el enemigo", se escucha "mata a quien puedas".

A mis ojos son demonios, quiero ganar esta guerra

y entonces sucede aquello que me hizo persona nueva.

 

Disparo antes que nadie e hiero a uno en el brazo,

aun así se levanta, corre fuera del poblado.

Ciego de rabia le sigo, mientras corro le disparo,

noto un fuerte tirón, ahora cuelgo boca abajo.

 

El herido cambia el rumbo y se dirige hacia mí,

me digo "este es el fin, soldado, vas a morir"

y para mi sorpresa vi que eso no fue así,

que el demonio era un ángel y su perdón recibí.

 

Escribo esto porque pienso que no pueden ser humanas

todas las guerras en la historia entre hermanos y hermanas.

El enemigo luchaba por proteger su morada,

yo luchaba por mi Estado, yo luchaba por nada.

Carlos Atienza Cuenca

domingo, 23 de noviembre de 2014

TODOS SOMOS REYES -Carlos Atienza Cuenca-

TODOS SOMOS REYES

Buenas tardes tenga, amigo, ¿le va todo bien?

Me alegra oír eso, yo bien, gracias a usted.

¿Qué iba a comentarle? ¡Ya sé! ¿Tiene un momento?

Pues yo debo contarle algo, tome usted asiento.

 

Se habla de todo en la Corte y hoy es primicia

que hay un ciudadano que va coronando reyes.

Tal como lo oye, ya es sabido en la provincia

que hay cien mil monarcas y discuten nuestras leyes

 

El Consejo recomienda establecer un orden,

que al hombre que corona se le aprese y lo ahorquen.

Es crucial que se tomen las medidas de inmediato

o pronto no sabremos ni de quién es el mandato.

 

No sabemos si este hombre noble es o campesino,

si trabaja para burgueses, para el obispado.

No sabemos dónde va, tampoco de dónde vino,

si como vos es rico o un pobre asalariado.

 

¿Cómo que cuál es su delito, no es algo obvio?

Repartir la libertad y el poder, es un incordio.

¿Para qué sirven los reyes en un mundo que es libre?

¿Quiénes serán siervos en un mundo impredecible?

Carlos Atienza Cuenca

miércoles, 10 de septiembre de 2014

LA LEYENDA DEL LECTOR -Carlos Atienza Cuenca-

LA LEYENDA DEL LECTOR

De entre todas las leyendas hubo una en especial
de un guerrero sin batallas, sin espada ni corcel;
a pesar de ser muy pobre pudo aprender a leer,
robó del convento un libro y quedose sin hablar.

Su expresión no era de héroe, en su rostro había pasión,
mientras él leía sus hojas daba un salto el corazón.
Pues lo que estaba observando no tenía una oración,
no se hacía mención en misa ni en ninguna gran canción.

Al guerrero lo cazaron los de la Inquisición,
lo alejaron de sus hijos y también de su mujer,
lo cogieron por curioso, lo acusaron de traidor.

Ahora yace en las mazmorras, su delito fue entender
que existen muchas formas de interpretar al Señor

pero solo la que les conviene nos la dejan ver.

Carlos Atienza Cuenca